ANTONIO BERMÚDEZ CAÑETE PERIODISTA, ECONOMISTA Y POLÍTICO

Unas pocas semanas lo separaban del nacimiento de su hija. Allí, en el Sanatorio de San José de Madrid, asido al corazón y al vientre de su esposa Augusta, se había refugiado del odio chekista que estaba transformando vertiginosamente edificios singulares en cárceles, paseos en caminos sin retorno y cunetas en expositores de cadáveres. Entre cortinillas de hospital y silencios de quirófano, se coló la delación; la misma que subía por los corrales de vecinos, se esparcía por las fábricas o trepaba por las cajas de escalera. Antonio Bermúdez Cañete, diputado de la CEDA y otrora, fundador de las JONS, entraba en el corredor de la muerte de la Cheka de Bellas Artes. El joven abogado y periodista nacido en Baena, había recorrido universidades europeas buscando en la Economía, las claves para lograr el desarrollo de su Patria y así llegó, como periodista, hasta corresponsal de El Debate en Berlín, donde sus crónicas diarias del nazismo le costaron su expulsión de Alemania y después a una Etiopía en guerra con Italia, para ganarse, en la primera línea de batalla, el jornal de reportero de guerra del mismo periódico. Su última etapa vital lo devolvió a la vida política nacional, en las entrañas de una España irremediablemente decidida a ventilar sus diferencias con plomo. Intentó burlar a sus captores convencido de una muerte que le buscaba y una vida –la de su hija- que se estrenaba. Ni esquivó a una, ni saludó a la otra. Abatido por una ráfaga de metralleta, el diario El Socialista levantaba acta noticiera de su asesinato publicando “Ha fallecido el diputado Bermúdez Cañete”