Este libro no pretende ser, ni mucho menos, una biografía de Juan Manuel Soria, ni siquiera desde que se convierte een Simón de Monfort, pero si es una magnífica manera de compartir con él (eso sí, tú, lector sentadito cómodamente en tu sillón y él jugándose la vida por ti y por mi a miles de kilómetros de su casa) sus vivencias, sus alegrías, sus tristezas, sus miedos, sus penalidades, su día a día, ya sea combatiendo, entrenando o adiestrando a otros voluntarios, cazando para comer, cocinando, vigilando, cuidando y ayudando a civiles... y todo esto cambiando muchas veces de compañeros y jefes, de acuartelamiento, de unidad, de zona, de país, pero no de guerra ni de enemigo principal, y sin perder ni un momento su optimismo, sus ganas por vivir y ayudar, su sonrisa de bonachón y, sobretodo, su inquebrantable fe en Dios, algo sin duda fundamental para realizar la labor impagable que lleva cuatro años desempeñando en "tierra hostil"...
(Del prólogo de Jesús Muñoz)